Refranes


Dondequiera que fueres, haz lo que vieres.

Entre broma y broma, la verdad se asoma.

Entre boca cerrada, no entra la mosca.

Los refranes son evangelios chiquitos.

A lo hecho, pecho.

Con las canas vienen las ganas.

Tal la madre, cual la hija.

El que tenga tienda que la atienda, si no que la venda.

Entre dicho y hecho, hay gran estrecho.

Sólo preguntando se llega a Roma.

A la mesa y a la cama, sólo una vez se llama.

Donde digo “digo”, no digo “digo”, sino digo “Diego”.

La verdad, aunque severa, es amiga verdadera.

Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión.

Dime con quién andas, y te diré quién eres.

Al que buen árbol se acerque, mejor sombra le cobija.

Más vale prevenir que lamentar.

Mal acaba lo mal empieza.

No todo lo que brilla es oro.

Hoy no se fía, mañana sí.

No es desgracia ser pobre, pero es muy inconveniente.

Cuéntame algo, aunque sea una mentira.

Más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Las mujeres van y vienen, pero madres, ¡sólo hay una!

Dios aprieta, pero no ahorca.

Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.

Cada quien en su oficio es rey.

La verdad es la hija de Dios, la mentira la hija del diablo.

Al que nació para tamal, del cielo le caen las hojas.

Hombre precavido vale por dos.

No se pone al perro a cuidar la carne.

El mejor maestro es el tiempo y la mejor maestra es la experiencia.

Medir y remedir, no tajar y arrepentir.

Tienes en casa el muerto y vas a llorar el ajeno.

Quien mucho habla en algo acierta.

Poca barba, poca vergüenza.

La honra más vale merecerla que tenerla.

El pensar no es saber.

El que desparte lleva la peor parte.

Nunca desprecies a nadie.

Cuando una puerta se cierra, cientos se abren.

Quien mucho abarca, poco aprieta.

Quien siembra odio, recoge venganza.

Cuida el agua, no la desperdicies.

No es rico el que más tiene sino el que menos quiere.

Al mal tiempo buena cara.

Come poco, cena temprano y llegarás a anciano.

A aquel que esperar puede, todo a su tiempo y voluntad viene.

Ni a rico debas, ni a pobre prometas.

El dicho, si no es agudo, no vale un higo.

El mayor enemigo del hombre es el hombre.

Nuevo rey, nueva ley.

Nunca pidas a quien tiene, sino a quien sabes que te quiere.

El tiempo es la distancia entre nuestros recuerdos y la realidad.

Mejor pedir perdón que permiso.

Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.

Una vez al año no hace daño.

¡Pobre México! Tan lejos de Dios, tan cerca a los Estados Unidos.

DDR

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